La incertidumbre económica
cuestiona las políticas públicas y orienta el modelo de satisfacción hacia la
lógica del mercado.
El conocimiento empírico de
la realidad nos pone de manifiesto que el mercado no da respuesta a los problemas
sociales, ni proporciona la respuesta a importantes necesidades humanas,
individuales y colectivas.
Los sistemas de provisión
pública deberán perfeccionar sus hábitos de funcionamiento, así como sus
presupuestos teóricos.
Mejorar la interdependencia
y la eficacia de cada uno de los subsistemas es un desafío de los gobiernos.
¿Cómo puede, en definitiva,
la Socialdemocracia
adaptarse a la nueva situación sin renunciar a sus señas de identidad
ideológicas? Pienso que habrá de recoger todos
aquellos aspectos que vinculados a sus señas de identidad han demostrado
su virtualidad en distintos momentos de nuestras sociedades, haciendo más
felices y más libres a las personas.