En
esta hora partidaria es necesario no cometer más errores. Equivocaciones
diversas nos han traído hasta aquí y tenemos por delante la elección del
candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid por nuestro partido.
Me
permito opinar porque están dándose las condiciones para que se genere una
tormenta perfecta caracterizada entre otras cosas, porque cuando finaliza, el territorio correspondiente emerge
arrasado, y nuestra organización viene sufriendo demasiado, con una frecuencia
progresivamente intensa, piruetas y ocurrencias que no deberían tener cabida en
un partido socialdemócrata, si se tiene conciencia clara de lo que significa la
socialdemocracia.
He
defendido desde hace muchos años el perfeccionamiento de la democracia interna
y desde diversas tribunas he propuesto primarias como la fórmula menos mala
para elegir candidatos y dirigentes, salvedad hecha de los procesos en que el
“voto sindicado” ha escamoteado la legitimidad del mecanismo de elección, y de
esto también sabemos algo en el PSM.
Me
reconforta ver como notables partidarios de la democracia delegada como forma
de funcionamiento interno de nuestro partido, hoy son magníficos adalides de
las diversas formas de primarias.
En
el proceso de primarias para elegir candidato a la Presidencia de la Comunidad
de Madrid en 2011 apoyé explícitamente a Tomás Gómez.
Hoy
estamos inmersos en una situación crítica en que los contendientes expresan su
posición a través del mecanismo de elección que proponen algunos candidatos y
se observan movimientos que hacen temer lo peor.
No
debemos equivocarnos. Las responsabilidades políticas de Tomás Gómez deben ser
evaluadas en los órganos correspondientes y a su debido tiempo, de la misma
manera que la gestión política y las responsabilidades de Pedro Sánchez habrán
de analizarse en el ámbito partidario adecuado; pero por favor no enmarañen más
la situación porque surgirá el equívoco y la confusión.
No
es el momento de las responsabilidades políticas. Las elecciones autonómicas y
municipales tendrán lugar dentro de 96 días. Me resulta verdaderamente
complicado pensar que estemos dispuestos a dejar pasar treinta días en un
proceso electoral interno, con la lógicas resacas que en estas latitudes son
intensas en los albores de la campaña electoral.
Creo
que puede obviarse un proceso de primarias y que sean nuestras agrupaciones,
votando en secreto las distintas opciones si así lo reclamaran los militantes,
quienes ofrezcan unos resultados a la Gestora que les permita decidir.
Siento
el máximo respeto por nuestros militantes y de manera especial cuando son
capaces de ofrecer su candidatura al conjunto del partido.
En
este momento desde nuestra candidatura ha de hacerse un discurso que sea
considerado con seriedad por la opinión pública para recuperar la credibilidad.
Hemos de hacerlo con fundamento, utilizando las palabras justas, en el lugar
preciso con plena conciencia de sus consecuencias.
Mi
preocupación en medio de esta tormenta se alivió al comprobar la posibilidad de
la candidatura de Ángel Gabilondo.
Inmediatamente
recordé el intento que hicimos algunos hace 12 años para proponer a Javier
Solana como candidato al Ayuntamiento de Madrid. Quien tenía que decir la
última palabra no le agradó la idea. Lo peor es que nunca ha explicado
políticamente su decisión. Si se hubiera producido dicha nominación, tal vez,
hoy no estaríamos en esta situación.
Ángel
Gabilondo es un excelente Catedrático de Metafísica de quien tuve noticia
explicando yo Reumatología en la misma Universidad. Nadie podrá aprehenderle,
porque aportará valores a la política autonómica que ha cultivado previamente.
Le
conocí en su época de Rector de la Autónoma y su discurso transmitía desde la
palabra justa, la credibilidad necesaria. No se debe desaprovechar su
disponibilidad para liderar nuestra candidatura.
Su
relevancia académica indiscutible se vio sometida al trabajo político en el
Ministerio de Educación y de allí salió con su figura agigantada. No consiguió
sacar adelante el Pacto de Estado en materia educativa; pero la ciudadanía
percibió con respeto y no poco agrado su esfuerzo, sólo truncado por las
“necesidades políticas” de la entonces “leal” oposición.
Las
personalidades relevantes como Ángel son capaces de comprometerse en momentos
difíciles más allá de ubicarse en medio de un proscenio que desde el patio de
butacas puede aconsejar a desvincularse.
En
este tiempo, cuando se habla de “política nueva” es pertinente recordar lo que
decía Ortega: “Nueva política es nueva declaración y voluntad de pensamiento
que más o menos claros se encuentran ya viviendo en las conciencias de nuestros
ciudadanos”, por ahí pienso yo irá la nueva política que puede encarnar
Gabilondo.
Muchas
gracias compañero Zerolo y compañera Valcarcel por vuestro coraje y
disponibilidad.
Por
las razones señaladas implícita y explícitamente cuenta Ángel Gabilondo con mi
voto político para ser nominado candidato a la Presidencia de la CAM y en todo
caso con mi respeto y amistad.
Pedro Sabando Suárez
Ex Presidente PSM
Médico Emérito del Servicio Regional de
Salud